Uno de los momentos que han pasado a la Historia aquella jornada, es la carga de los mamelucos que Francisco de Goya y Lucientes inmortalizó para siempre en su gran cuadro de 1814 pintado en óleo sobre tela: "La carga de los mamelucos en la Puerta del Sol".
¿Habéis estado en el Museo del Prado y lo habéis visto de cerca? A mí me impresiona ver, tan reales, las caras de horror y de miedo de los madrileños a los pies de los caballos intentando acuchillar y descabalgar como sea a los mercenarios del imperio francés.
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La carga de los mamelucos en la Puerta del Sol |
En la novela, es Tomás el mulero quien vive en primera persona la carga de los mamelucos, con la "cámara" metida dentro del meollo mismo de la acción, en las mismas tripas de la Puerta del Sol. Os dejo un fragmento de esos pasajes, que tanto me costó escribir, y también un nuevo corte de la Banda Sonora de la novela, titulado, cómo no, "La Carga de los Mamelucos".
"(...)Tomás pudo entonces verlos aparecer detrás de la gente que huía despavorida. Eran jinetes que, desde la perspectiva del mulero, parecían cabalgar a lomos de los paisanos, enseñoreándose con turbantes blancos, sables, cimitarras y pistolas, con la tez oscura y llamativas barbas y bigotes. Serían unos cuarenta, y llevaban de compañeros a dos escuadrones de cazadores con sus brillantes y empenachados yelmos a la griega.
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El mulero a punto de acuchillar a un mameluco. |
"(...)Y Tomás, viendo al mameluco detenerse a tres pasos de él, y sin saber por qué, lo agarró por detrás tirándole de la ropa, lo descabalgó de espaldas y lo amenazó con un chuzo que de pronto le apareció en la mano. Otro egipcio pasó entonces rozando el caballo del caído y levantó, apuntando a Tomás, un cuchillo afilado y peligroso en cuyo filo se leía: «Sans pitié». Más paisanos tiraron del animal hacia delante, el nuevo mameluco cayó al suelo y Tomás lo remató, una y otra vez, y otra, y otra...
...y ese horror, añado, no lo olvidó en su vida.
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